Por redacción
Estados Unidos reforzó su presencia militar en aguas cercanas a América Latina y el Caribe con el despliegue de más de 4 mil infantes de Marina y marineros, como parte de una estrategia dirigida a combatir a los cárteles de la droga, informó CNN citando a funcionarios del Pentágono.
El operativo contempla el envío del Iwo Jima Amphibious Ready Group (ARG) y de la 22ª Unidad Expedicionaria de Marines (MEU) al Comando Sur de Estados Unidos, junto con un submarino de ataque de propulsión nuclear, aviones de reconocimiento P8 Poseidon, destructores y un crucero lanzamisiles.
Aunque la Marina estadounidense anunció la semana pasada el despliegue de los buques USS Iwo Jima, USS Fort Lauderdale y USS San Antonio, no detalló entonces su destino. Según funcionarios citados por CNN, esta movilización representa principalmente una demostración de fuerza, más que una señal de operaciones inmediatas contra los cárteles.
El despliegue busca, no obstante, ampliar las opciones militares disponibles para el presidente Donald Trump, quien podría autorizar acciones directas contra organizaciones criminales consideradas “narcoterroristas” por Washington.
Algunos oficiales del Departamento de Defensa expresaron inquietud por el hecho de que los infantes de Marina no están entrenados en labores de intercepción antidrogas, lo que obligaría a depender de la Guardia Costera en caso de operaciones de ese tipo.
La iniciativa forma parte de un reposicionamiento militar en el hemisferio occidental que se ha intensificado en las últimas semanas y que, según un memorándum firmado por el secretario de Defensa Pete Hegseth, busca priorizar la seguridad nacional, controlar la frontera, frenar el tráfico de drogas y garantizar el acceso de Estados Unidos al Canal de Panamá.